Fragmento 1: Ámame...

             La tristeza invadía todo mi ser, oí que alguien tocaba la puerta y salí a ver; ahí me di cuenta de que la persona que tocaba era Carlos.
-¿Qué estas haciendo aquí?-.
- Vine porque tú mamá me habló y me dijo que no contestabas el teléfono, que estabas muy deprimida y que estaba sumamente preocupada por ti-.
-Todo eso te dijo, que curioso como verás estoy muy bien-.
                 Todo eso era una vil mentira ya que mi actitud era ruda, mi voz temblaba por la tristeza y el dolor y mis ojos estaban muy hinchados de tanto llorar.
              Lo invité a pasar a la casa, fui a la cocina con él detrás de mi y trate de ofrecerle algo de tomar, sin embargo, no podía encontrar las palabras para decirle algo.
-¿Estás segura de que estas bien?-
-Mmmm....S..S..Si..-.
                  Intenté acabar la oración pero al final no lo logré; me voltee para quedar de frente a él y entonces mis lágrimas comenzáron a salir; en ese momento me lanzé a sus brazos y lloré. Lloré con el corazón, como nunca antes había llorado.
                 Al principio el no sabía como reaccionar ante mi situación pero termino abrazandome y susurrándome al oido palabras de consuelo. Nos quedamos un largo rato así, hasta que comenzé a tranquilizarme y me di cuenta de que estaba cansado de estar parado, me separé ligeramente de su pecho aunque existía una cierta resistencia de mi parte ya que el latido constante de su corazón me hacía sentir tranquila.
-Muchas gracias, Carlos-.
-Porque me agradeces-.
Me reí tristemente.
-Por estar aquí conmigo, por consolarme cuando más lo necesito y por existir-.
Me separé un poco más de él y subí la mirada hasta toparme con la de esa persona a la que estaba abrazada. En ese momento una pequeña corriente de aire frío entró por mi vestido e hizó que todo mi cuerpo se estremeciera; Carlos lo notó y me abrazo con más fuerza, yo no podía dejar de verlo a los ojos; en cuestión de segundos un impulso se apoderó de mi corazón y de mi mente, me acerqué un poco más a su rostro y al percibir un delicioso olor a avellana proveniente de su boca, me arrepentí, pero el leyó mis intenciones y me besó.
Fue un beso dulce, largo y tierno, mis manos recorrían su cabello muy lentamente mientras que las de él me pegan a su cuerpo con dulzura. En ese momento el deseo comenzó a crecer; me levantó en sus brazos y subimos las escales hasta mi cuarto, ahí me coloco en el suelo y me volvió a besar, sus manos recorrían mi cuerpo y con mucho cuidado bajaron el cierre de mi vestido, yo, desabotonaba su camisa botón por botón, mis manos temblaban por lo que Carlos reiteró sus besos y caricias y me hizó olvidar todas las dudas que pasaban por mi mente.
Ya desnudos me recostó en la cama, me sonrio tiernamente y me susurró al oido.
-No tengas miedo, ahora estoy contigo-.
Fue así como el hombre que amaba con todo mi corazón me amo tanto como puede amar un hombre a una mujer........




Por: Jimena Mena....      Les mando un besooooooo ;)

Comentarios

Entradas populares de este blog

Me Toco Ser de los que Aman.

Nos Falto Tiempo

Carta a la vida.