El Callejón (4º Parte).

Existió un tiempo en mi vida, en el que podía sentir algo más que dolor y desesperación, podía sentir amor, cariño y pasión... Hoy lo único que me mantiene cuerda en este mundo es ese dolor y esa desesperación, me recuerda lo que aún me queda por vivir y agonizar.

Me siento miserable, siento que la vida que he llevado hasta este día no valió de nada... Tal ves eso es algo bueno o tal ves no... No lo sé, en este momento eso ya no importa, porque dentro de mi corazón solo queda un infinito vacío... Una negrura inquebrantable.

Después de que aquella figura me besara, después de sentir sus labios putrefactos sobre los míos; no quedo nada dentro de mi, solo... Agonía, miedo y obscuridad...

Después de todo, la figura simplemente desapareció... se evaporó en la niebla como si nunca hubiera existido. Me quede completamente sola, rodeada exclusivamente por una densa obscuridad, la lluvia comenzó a caer sobre mi, fue ahí que mi cuerpo comenzó a temblar sin razón alguna.

Trate de incorporarme pero me era imposible, me sentía pesada... como si todo el mundo se encontrara sobre mi evitando que me parará, evitando que logrará superar ese túnel en el cual me encontraba. El miedo regreso lentamente a mi cuerpo, pude sentir como paralizaba cada parte de el, iniciando en mi corazón y terminando en mi cabeza...

¿Cómo saldría de este lugar?, ¿Sería capaz de hacerlo?, ¿Él volvería?..

Las preguntas comenzaban a amontonarse rápidamente en mi cabeza; sin embargo, no podía encontrar las respuestas correctas a ellas. Creo que ni siquiera existían esas respuestas. Las estrellas brillaban en el cielo con una gran intensidad. Desearía poder estar junto a ellas y no en este sucio, frío y obscuro callejón.

Me logré levantar después de un enorme esfuerzo, sentí nauseas, la cabeza me daba vueltas y la sangre que emanaba de mi nariz trazaba un camino a mi boca produciendo un sabor metálico en ella. Camine unos cuantos pasos por el callejón, hasta que no pude más, me sostuve de la pared más cercana a mi; pude sentir la humedad de la misma bajo mis manos, un olor putrefacto recorría el callejón, sin más poder sobre mi cuerpo... vomité.

Con la cabeza y el estómago más tranquilos me dispuse a salir de ese horrible lugar, camine a lo largo del callejón por el camino que me había llevado a mi encuentro con la figura... Camine hasta que el camino se alargo y en lugar de llevarme a la salida me llevo al mismo lugar en el cual había estado... 

No... No... ¡No!..

Camine, troté y finalmente corrí por ese camino; corrí una, dos, tres... Quince... Cien veces hasta que mi corazón sangro, hasta que mis pulmones explotaron... Corrí hasta que entendí que este era simplemente... El final.





Por: Jimena Mena.




Queridos lectores estamos llegando al final de esta serie de fragmentos y solo me queda darles las gracias por leerlo y comentarlo.
Espero les guste muchísimo este fragmento, coméntenlo bonito, compártanlo en todas sus redes sociales y con todos sus amig@s, como siempre les mando un súper beso y un gran abrazo     ;) 






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