El Callejón (5º Parte. Final).

...Leonor se levantó de la cama sintiéndose como nueva.

Se bañó, vistió y peino como si nunca le hubiera pasado absolutamente nada.

Fue a la cocina y se preparó una taza de café, la saboreo como si nunca en su vida hubiera conocido el sabor del café.

...-Como cambió el mundo a lo largo de estos años... Ahora es más hedonista, más corrupto, más atractivo-.

Leonor sonrió con malicia y salió de su casa justo cuando el teléfono comenzó a sonar... el contestador entro y lo único que se pudo escuchar al otro lado de la linea, fue un llanto incesante y devastador seguido de un leve susurro de auxilio.

El día de Leonor fluyó como el agua, sin problemas, sin preocupaciones, con cierto placer y emoción. Nadie noto el pequeño cambio en ella, nadie sabía su pequeño secreto.

 Tomó café con unas compañeras de trabajo; conoció a un chico que la invitó a tomar unas copas el día siguiente, regresó a su casa y se sentó en el sillón a leer un libro.

Todo era normal, curiosamente normal... atractivamente normal...

El teléfono volvió a sonar, ella sabía quien era, pero simplemente no le importo. Volvió a saltar el contestador, la voz al otro lado de la linea sonó más decidida y enojada que la primera vez; ya no era una llamada de auxilio era una llamada de venganza.

Leonor sonrió despectivamente y susurró -Nunca saldrás de ahí, ahora tu vida es mía-...

Al otro lado de la linea, en lo más profundo de aquel callejón obscuro se encontraba ella... Desesperada, enojada y con deseos de venganza...

Lo único que quedaba era soledad y muerte...

Con el final a su lado y un futuro incierto esperando, la nueva huésped del callejón lloró sangre, dolor y tristezas. En lo más profundo de su corazón sabía que sin importar sus esfuerzos y llamadas de venganza jamás saldría de ahí.

Ya nada importaba, ya nada valía la pena... Lo único que le quedaba por hacer era aceptar su destino, pues era claro que se lo merecía, era dolorosamente obvio que después de vivir tantos años despreocupadamente y sin consecuencias, algo tendría que suceder.

-Lo bueno nunca dura- Susurró para si misma.

-Si-, pensó... -Al final, asesinar a alguien tiene sus consecuencias-

Que graciosa es la vida...
...

Con las lágrimas de sangre recorriendo su rostro, ella camino hacia lo más profundo del callejón, asimilo cada detalle de el, admiro sus imperfecciones, disfruto sus olores, desnudo su obscuridad natural... y finalmente... Finalmente Leonor se unió a el como cuando una persona se une en un dulce beso...

...

Atardecía en la ciudad, la vida nocturna se abría paso y las calles comenzaban a morir lentamente. Frente al ventanal del departamento una curiosa sombra tomo forma.

 Leonor admiro el cielo, disfruto del aire frío que entraba por una pequeña ventana y se emocionó ante el futuro que le esperaba...

Leonor... el nombre navego por su mente... Leonor...

Si tan solo el mundo conociera la verdad...

La risa nació desde el interior de su corazón; era una risa histérica y maligna.

Leonor... ¿Quién era Leonor?.. Era una sombra en lo más profundo del callejón, era un espíritu sin alma, era una muerta más.

Ella no era Leonor... Ella era alguien más... Era una ladrona de cuerpos, una asesina de almas...

... Ella era...
...

La muerte...



Por: Jimena Mena.


Queridos lectores con esta entrega llegamos al final de esta serie de fragmentos. Espero les haya gustado mucho incluyendo el final.
Ha sido un honor y una alegría ver la respuesta que obtuvo esta serie de fragmentos.
Como siempre les pido que lo comenten bonito y lo compartan en todas sus redes sociales. Les mando un gran beso y abrazo.
Espero que en el futuro pueda realizar una nueva serie de misterio como esta, para entretenerlos y acompañarlos en sus mejores momentos.
Atte: Jimena Mena.





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