El Sueño.


La tarde es fría y gris, mis pensamientos divagan por mundos distantes.

Empieza a llover y veo caer las gotas a través del vidrio empañado.

Alguien toca a la puerta, salgo bruscamente de mis pensamientos y abro.

Me encuentro con tu mirada llena de tristeza y soledad.

-¿Qué haces aquí?-.

Das dos pasos hacía mi y me abrazas.

-Perdóname-.

-¿Porqué?-.

-No lo sé, simplemente perdóname-.

Me río ligeramente, -Niño tonto, no hay nada que lamentar por lo que no hay nada que perdonar-.

Levanto tú rostro y busco tu mirada; te acercas para besarme...

...

El despertador me saca bruscamente de ese curioso sueño. Tanteo la mesita de noche hasta que logro detener el sonido molesto del reloj.

Me siento en la cama, las sábanas caen lentamente dejando al descubierto mi cuerpo desnudo, paso una mano temblorosa por unos chinos rebeldes que caen sobre mi rostro.

Un vacío se apodera de todo mi ser, la cabeza comienza a generar ligeras puntadas de dolor y mi cuerpo empieza a sentir frío.

...Siempre ese sueño; este se repite todas las noches y siempre termina de la misma manera... recibiendo un beso tuyo.

¿Quién eres?, ¿Porqué estas en mis sueños todas las noches?, ¿Cómo nos conocimos?

Tengo la vaga idea de que sé quien eres, pero mi mente no logra enfocarte; puedo sentir la manera en que me tocas, en que me abrazas, puedo percibir tú leve aroma a almendra tostada, puedo disfrutar de la ternura de tú beso; sin embargo no puedo verte, tú rostro es borroso en mi mente y solo me queda contestar la pregunta de ¿Quién eres?

Hago un esfuerzo sobrenatural de recordarte pero eso solo ocasiona que las punzadas en mi cabeza aumenten de intensidad. Me levanto definitivamente de la cama y camino a la cocina, prendo la cafetera e inmediatamente el olor a café empieza a circular...

Regreso a la cama; esta se encuentra frente a un gran ventanal el cual permite ver las luces juguetonas de la ciudad.

Me siento a admirar las luces, quisiera recordar todo con claridad, quisiera saber quien eres... Quiero y deseo tantas cosas...

Busco la cajetilla de cigarrillos por todos lados hasta que la encuentro tirada en el suelo junto con el encendedor; prendo un cigarrillo y le doy una profunda calada. Mi mente no deja de pensar en ti, en la habitación, en la lluvia.

¿Eres real?, ¿Dónde estás?, ¿Qué fue lo que paso entre los dos?, ¿Te encontraré algún día?

Son millones las preguntas y ninguna respuesta...



Por: Jimena Mena.





Espero les guste mucho este fragmento, como siempre compártanlo en todas sus redes sociales y coméntenle bonito.
Les mando un gran beso y abrazo.     ;)






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