Un Encuentro Fugaz (Parte 4).

Mis piernas se movían constantemente debajo de la mesa; estar con él era maravilloso y atemorizante al mismo tiempo, no sabía que preguntarle, que decirle o que comentarle.

Al frustrar mi escape sigiloso Pablo me invitó un café en un lugar extraño pero cómodo, agradable y con un cierto toque hogareño. El café era delicioso y los cuernitos rellenos más.

-Muy bien Sofí, ¿Puedo llamarte Sofí, verdad?-.

¡¿Qué si podía llamarme Sofí?!, podía decirme hasta nena y yo hubiera estado encantada de la vida, (Como nota cultural detesto que me digan nena).

-Si, adelante puedes llamarme Sofí-.

-¡Excelente!, siempre pregunto por que hay personas que prefieren otro nombre o apodo-.

-Claro...-.

Estaba tan nerviosa que no podía elaborar oraciones completas, ni mantener una gran conversación por lo que los silencios incómodos reinaban en nuestra mesa.

-¿Qué estudias Sofí?-.

-Ohhh, De...De...Dentista...-.

Rápidamente me di cuenta de mi estupidez y corregí.

-Odontología, le digo dentista porque es más fácil de decir, pero bueno es odontología como tal... obvio... jejeje-.

-Ah, claro-.

Me sentí como una verdadera idiota, dentista... ¡Dentista!, ¡Por Dios! ¡¿Qué demonios me pasa?!, ¿Cómo carajos se me ocurría decir eso?, ahora va a pensar que soy una retrasada que ni siquiera sabe en que carrera está. El color rojo jitomate subió rápidamente por mis mejillas, en verdad que soy una tonta.

Me encontraba castigándome e insultándome a mi misma cuando su voz me saco de mis pensamientos.

-Sofí, puedo preguntarte algo un poco serio-.

Algo serio, de acuerdo eso es extraño y aunque no me encuentre del todo lista para contestar sus preguntas lo haré... ¡Demonios! no estoy nada lista... No me preguntes nada... no preguntes nada...

-¿Porqué te decidiste por odontología?-.

Un silencio estúpido reino en mis pensamientos. Me sentía ridícula, tonta, ingenua; lo único que quería era ir al baño y meter la cabeza en el escusado para ahogarme y morir.

-Decidí odontología porque, creo que es una carrera curiosa además encuentro fascinante el estudio completo de la boca, tanto para las funciones diarias que realiza como para las caries, la producción de saliva, entre otras-.


-Uh, suena muy interesante-.

-Gracias, pero dime tú porque estudias medicina-.

-¡Ja!, mis motivos son muy diferentes a los tuyos, en realidad yo estudio porque debo de hacerlo, no porque realmente quiera hacerlo-.

-Es decir que realmente no tienes planeado nada de la vida, ni de tu futuro-.

-No-.

Esta bien, eso es un poco decepcionante, una persona que en realidad no tiene metas a futuro, no tiene vida... Rayos de quien me enamore. Cielos, me enamore de un idiota.

-Entonces, ¿Qué haces aquí?-.

-Estoy aquí porque hay alguien que esta aquí que me importa mucho pero siempre me rechaza-.

Ahh, amor no correspondido, ahora estoy más abajo de la tierra en su mundo. Esto no podía seguir así, yo estaba enamorada de él. Él estaba enamorado de alguien más, y esa persona no le hacía caso... Que problema tan grande, hasta parecía telenovela barata, solo que nos hacían falta los nombres raros y largos, la madrastra mala, y los millones de problemas a enfrentar para que dieran como resultado mil ocho mil capítulos de pura agonía emocional y un "Se casaron y vivieron felices para siempre".
Y ahora que voy a hacer, esto no puede seguir así...

Y... Ahora ¿Qué sigue?..

El vibrar de mi celular me saco bruscamente de mis pensamientos, por fin, alguien que me salva el pellejo. Para fortuna mía y de mis pensamientos traicioneros, era Joana.

-Mujer tenemos una consulta extra, nos van a dar puntos para calificación, ¿Qué esperas? el año nuevo chino, ¡Apúrate!-.

-De acuerdo, salgo volando-.

Termine la llamada un poco decepcionada por tener que dejarlo, pero emocionada porque ya no tenía que avergonzarme más con mis idioteces.

-Pablo, perdóname pero debo irme, tengo una consulta extra y bueno ya sabes lo demás-.

-Te llevo-.

Me lleva, ¿Cómo rayos piensa llevarme?, ¿Acaso cuenta con coche?, uhhh tiene coche, eso si que es muy importante para mi... No de hecho no.

-No, descuida no creo que sea necesario llevarme, no te preocupes por eso-.

-No, es ningún problema para mi, yo te llevo-.

Empezó a hacer algunas llamadas, esperamos 15 minutos y su celular volvió a sonar, hablo unos segundos con la persona al otro lado de la linea y colgó.

-Listo vámonos-.

Entre mi sorpresa y mi desesperación por los 15 minutos perdidos, no me di cuenta de la llegada del coche y eso se debía a que no había coche, en realidad era una moto.
 La moto, era bastante imponente, pero era completamente hermosa, ¡Dios! estaba a segundos de montarme en una moto, ¡Qué emoción! En mi vida me había yo montado en una cosa de esas raras, era excitante.

-Vamos a ir en eso-.

-Si, te presento mi transporte, ¿Estas lista?-.

-Claro, estoy lista-.

Me entrego un casco extra de color rojo, me subí y en ese momento entre en un conflicto existencial severo...

Abrazarlo o no abrazarlo, eh ahí el dilema...



Por: Jimena Mena.

Queridos lectores, nos acercamos al final de estos fragmentos al igual que al final de este blog, espero lo disfruten mucho y se entretengan con la curiosa historia de Sofía. Coméntenle bonito y compártanlo en todas sus redes sociales.
Como siempre les mando un gran abrazo y beso     ;)







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