Un Minuto.

Llego a la estación de trenes, mis ojos indican tristeza y cansancio pero... nadie se da cuenta de ello.

Compro un boleto solo de ida a un lugar que no conozco y que no me importa conocer.

Paso por una serie de andenes y llego al que me corresponde, me detengo cerca de las vías a esperar la llegada del tren que me llevará a mi destino.

Me encuentro parada en medio de la estación y justo en ese momento surgen millones de preguntas dentro de mi cabeza...

 Admiro la embelesadora atracción que poseen las vías del tren...

En pocos minutos este arribará rápidamente a la estación en la que me encuentro...


...¿Qué pasaría se caigo justo en el momento en que ya no hay vuelta atrás?

¿Me importaría lo que me pase al momento del impacto?

¿Qué tan desesperada me encuentro para hacer eso?

...Son tantas las preguntas que surgen en un solo minuto.

...Puedo sentir la adrenalina que genera mi cuerpo, el aumento significativo de mi ritmo cardiaco y mi respiración, siento el sudor frío que recorre mi espalda, siento tantas cosas que no logro identificar el miedo dentro de ellas pero sé que ahí esta.

Hay una delgada línea blanca entre las vías y el andén, esta me indica un límite que no debo cruzar pero... es tan atractiva la idea de cruzarla tan dolorosamente atractiva que involuntariamente mi pie avanza junto con mi cuerpo.

La preguntas continúan arremolinándose en mi cabeza.


¿Dolerá? ¿Sufriré? ¿llorarán por mi? ¿Me extrañarán? ¿Preguntarán el porqué lo hice?

Logró percibir el sonido del tren en la distancia... Sólo un paso más y todo acabará.

La indecisión, la angustia, la preocupación, el dolor... todo, absolutamente todo terminará.

Los demás pasajeros que merodean por la estación esperando el tren no saben lo que voy a hacer... no les importa.


A nadie le importa que una  mujer parada en la orilla de la estación este a punto de quitarse la vida.

...¿Porqué vivir es tan difícil? ¿Porqué?

Puedo sentir la corriente de aire que me empuja hacia adelante.

El tren se encuentra cada vez más cerca... Las vías me sonríen, qué extraño, ¿Porqué me sonríen?

Veo la velocidad a la que se acerca el tren, me adelantó un poco más, respiro profundamente mi último aliento, disfruto de mi último recuerdo y me preparo para dar el paso final.

Nadie me recordará, nadie me extrañará, nadie sabrá que siquiera existí...


Dos lágrimas salen de mis cansados ojos... me despido de todo lo que viví y que jamás podré volver a vivir; Me despido de mi familia que se encuentra mejor sin mi, le digo adiós al amor de aquel hombre que conocí una tarde de otoño.

Me despido de aquella vida que viví, sufrí y disfrute.

Cierro los ojos y justo cuando el tren arriba a la estación sin disminuir la velocidad... Todo... se vuelve silencio.



Por: Jimena Mena.



Espero les guste mucho este fragmento, coméntenle bonito y compártanlo en todas sus redes sociales.
Les mando un enorme abrazo y beso      ;)


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