Ilegal
Se acercó a mi desde atrás, las lágrimas caían libremente por mi rostro, sin embargo, no hizo ningún movimiento para secarlas... Entendía que no debía secarlas... Sabía perfectamente que desde que cayó la primera lágrima era por culpa de él.
Sus manos se depositaron en mi cabello y comenzaron a recorrerlo con delicadeza, precisión y ternura...
La sensación de sus dedos sobre mi cabello era tranquilizante y cálida, como todas las veces que me abrazaba y consolaba cuando más lo necesitaba...
Podía sentir la suavidad de sus manos sobre mis mejillas húmedas cuando las rozaba accidentalmente...
Su cuerpo se acerco al mío muy lentamente y giró la silla para que pudiera verlo a los ojos...
El dolor, la tristeza y la duda inundaban su rostro...
Percibía todos mis sentimientos, podía verlos fluir a través de mis lágrimas...
Moría por sentir nuevamente sus brazos rodeando mi cuerpo, por sentir su calor...
Necesitaba sus labios, sus sonrisas casuales y sus miradas curiosas llenas de ternura y deseo...
Quería decirle que se fuera, que no siguiera perturbando mi tranquilidad con dudas, con dolores y tristezas...
Necesitaba que se alejará de mi en ese momento...
Pero era imposible. Su cercanía era peligrosa y el olor de su cuerpo embriagador...
Quería besarlo en ese momento, fundir nuestros labios en uno solo y tomar lo que desde un principio era mío...
Pero no debía hacerlo... Estaba mal, era peligroso, prohibido, clandestino...Ilegal.
Tomó mi rostro y me obligo a mirarlo... Me sonrío tristemente... Susurro una torpe disculpa... Me besó la frente por última vez y se fue...
Jamás volvió...
Y ahí me quede sintiendo el fantasma de sus caricias, de sus besos sobre mi cuerpo... De su amor...
Por: Jimena Mena
Queridos lectores espero les guste este nuevo frag, les mando un beso y un super abrazo... Compártanlo y coméntenlo en todas sus redes sociales,
Sus manos se depositaron en mi cabello y comenzaron a recorrerlo con delicadeza, precisión y ternura...
La sensación de sus dedos sobre mi cabello era tranquilizante y cálida, como todas las veces que me abrazaba y consolaba cuando más lo necesitaba...
Podía sentir la suavidad de sus manos sobre mis mejillas húmedas cuando las rozaba accidentalmente...
Su cuerpo se acerco al mío muy lentamente y giró la silla para que pudiera verlo a los ojos...
El dolor, la tristeza y la duda inundaban su rostro...
Percibía todos mis sentimientos, podía verlos fluir a través de mis lágrimas...
Moría por sentir nuevamente sus brazos rodeando mi cuerpo, por sentir su calor...
Necesitaba sus labios, sus sonrisas casuales y sus miradas curiosas llenas de ternura y deseo...
Quería decirle que se fuera, que no siguiera perturbando mi tranquilidad con dudas, con dolores y tristezas...
Necesitaba que se alejará de mi en ese momento...
Pero era imposible. Su cercanía era peligrosa y el olor de su cuerpo embriagador...
Quería besarlo en ese momento, fundir nuestros labios en uno solo y tomar lo que desde un principio era mío...
Pero no debía hacerlo... Estaba mal, era peligroso, prohibido, clandestino...Ilegal.
Tomó mi rostro y me obligo a mirarlo... Me sonrío tristemente... Susurro una torpe disculpa... Me besó la frente por última vez y se fue...
Jamás volvió...
Y ahí me quede sintiendo el fantasma de sus caricias, de sus besos sobre mi cuerpo... De su amor...
Por: Jimena Mena
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